En la escena titulada «Momento de Té», la atención se centra en la gracia y la tranquilidad de un ritual que trasciende lo cotidiano. Las manos, capturadas en el acto de servir, sostienen una tetera blanca con una delicadeza que habla de cuidado y atención. El té fluye suavemente, como un hilo de serenidad, llenando la taza que espera pacientemente sobre su platillo.
El fondo desenfocado proporciona un lienzo en el que la mente puede pintar un ambiente acogedor, tal vez una mesa de madera junto a una ventana con vistas a un jardín tranquilo. La pureza del blanco de la tetera y la taza resalta la simplicidad y la belleza del momento, un instante suspendido donde el tiempo parece detenerse para dar paso al placer de los pequeños rituales que enriquecen la vida.
«Momento de Té» es una oda a esos instantes de pausa y reflexión, un recordatorio de que incluso en la más humilde de las bebidas, hay un universo de sensaciones esperando ser explorado. Es una invitación a saborear no solo el té, sino también el aquí y el ahora, con todos los sentidos.